Hoy en día esta totalmente normalizada la publicidad y la promoción de las diferentes plataformas disponibles en la web para que cada día mas personas se vean involucradas en las nuevas formas de apostar. Si antes los casinos, bingos y agencias de lotería eran un problema, ahora la situación se va complicando exponencialmente, ya que apostar en línea no conoce de tiempos, ni de espacios, ni de clases sociales. El principal inconveniente es que, lamentablemente, los jugadores tienen acceso a estas plataformas las 24 horas y no conocen de feriados.
Por este motivo, nuevos movimientos sociales se están comenzando a pronunciar en contra de las apuestas. La adicción que se genera afecta no solo a los jugadores, sino también a todo su entorno. Es necesario, como familiar, amigo/a o allegado/a a una persona con consumo problemático entender que es una adicción, y que en general los adictos no piden ayuda hasta estar realmente complicados por deudas a bancos, acreedores o prestamistas.
En mi experiencia personal puedo decir que los niveles de cinismo que pueden generarse son inconcebibles, en especial cuando se trata de un familiar o una persona con la cual convivís. Todo comienza cuando empieza a faltar dinero para las necesidades básicas, cuesta mucho llegar a fin de mes, la plata no alcanza. Pero luego, todo se empieza a oscurecer aún más cuando la persona con el problema comienza a pedir dinero prestado. Creen que de esa manera podrán recuperar lo perdido, he llegado a escuchar que es una forma de inversión, o de ahorro, porque lo justifican diciendo que la máquina en algún momento te paga. Lo mas triste de la situación, es que en algunos casos es cierto, pero se la terminan gastando toda inmediatamente después de ganarla.
De esta manera se entra en un círculo vicioso, donde se proponen dejar de apostar, y al cabo de unos días recaen nuevamente al jugar. De hecho, el problema de apostar es ganar. Porque mas ganas mas querés, entonces es imposible regular la ansiedad en ese momento, tener autocontrol es imposible para mentes adictas y frágiles.
Sin lugar a dudas, la peor parte se la lleva el que no juega. Es como los fumadores pasivos, no fuman pero sufren las consecuencias. Vidas miserables, empapados de deudas, tarjetas de crédito colapsadas, informe negativo en el veraz, todo dinero utilizado para comer o para pagar los prestamos del jugador compulsivo, quien no mide las consecuencias de sus actos, ni que arrasa con todo a su alrededor.
Lo peor que podemos hacer por un jugador compulsivo, es intentar ayudarlo. ¿Cómo es posible esto? Claro, cuando uno accede a prestar plata, esta potenciando el problema. Cuando pagas sus deudas, todo se torna cada vez peor, imposible de salir. Es de vital importancia que los damnificados comiencen un tratamiento psicológico de manera que puedan aprender a identificar la raíz de sus problemas, y luego mantener la terapia sostenida en el tiempo para poder sacarse el vicio de adentro de su mente, la necesidad sustancial de poder controlar los impulsos.
Cuando de impulsos se trata, también podemos ver la incidencia de la violencia en todas sus formas, ya que manejar la frustración luego de la pérdida de dinero, implica una serie de preocupaciones y de inquietudes que no cualquiera está preparado para confrontar. En mi experiencia, sugiero que si no ven intenciones de cambio, no perdonen y sigan con sus vidas. Es muy difícil salir del pozo de la ludopatía de sus consecuencias, aún mas cuando de ser familiar se trata.
Duele muchísimo, pero no esperen salvar a nadie porque si esa persona no quiere cambiar no lo va a hacer, y a veces es mejor dejarlos tocar fondo, ver la vida solos, así entienden que se pierde mas que dinero, se pierde el amor de tu vida, tus hijos, tus padres, etc. Se pierden de las cosas buenas de la vida, de los momentos importantes, de lo que realmente vale.
Y en el camino arrasan con todo, y esto es un consejo para todos aquellos y aquellas que tal vez estén buscando consuelo o respuestas de como superar este tipo de adicciones, que en comparación a otra clase de drogas, es la mas dañina de todas. No tenés ningún tipo de efecto secundario mas que la miseria y la desesperación, y podes perder todo en tan solo minutos.
Por supuesto que todo este artículo es de carácter subjetivo basado en evidencia empírica, teórica y vivencias personales. Sin embargo, espero realmente que sirva a modo de visibilización, o tal vez, por qué no, de consuelo para todas aquellas personas que estén buscando respuestas en este momento.
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